Es habitual hablar de ello en el mundo comercial. Pero cada vez más debemos aplicarlo en el día a día de una sociedad impregnada y bombardeada con malas noticias; incluso falsas noticias. Ellas son las que venden. Desde siempre se sabe que la noticia no es que un perro muerda a una persona, sino que una persona muerda a un perro… Pero, ¿qué ocurre cuando una sociedad está paralizada y dentro de una burbuja de malas noticias?
Es inevitable que en los tiempos que vivimos abunden los titulares negros. A lo que está llevando esto es a que la inmensa mayoría de la gente esté confundida, deprimida, desesperanzada. Si a ello sumamos los enormes casos de “desconcierto” institucional, el desánimo es mayor. Las noticias en prensa escrita, radio e internet no desaparecerán. Entonces, ¿cuál es el camino? ¿Cómo se reconducen este tipo de situaciones en las que una sociedad está inmersa en un estado de incertidumbre e indefensión? ¿Hay que esperar que nos vengan a aportar la solución? ¿Debemos salir nosotros mismos?
Cuando trabajas en equipo lo primero que debes saber es que por muy bueno que sea uno de los miembros, nunca será mejor que todos los integrantes juntos. Cuando el conjunto gana, lo hacen las individualidades. Cuando la sociedad sale adelante, ganamos todos. La historia está llena de dramas pero, incuestionablemente, el ser humano ha sabido superarse y evolucionar.
Trabajar la alta tolerancia a la frustración tiene que ver con afrontar la realidad y saber que sólo se sale adelante avanzando. La vida tiene su dura realidad y nos la muestra a cada momento pero es el espíritu de lucha, de sacrificio, de confianza el que nos hace salir. Es necesario trabajar y reforzar nuestra fortaleza mental.
Cuando estamos anclados en estos pensamientos, miedos o dudas, es cuando más debemos rodearnos de personas creativas, capaces, mejores que nosotros. Siempre tenemos a nuestro alrededor esos líderes silenciosos que ven todo desde otra óptica. No se puede cambiar de la noche a la mañana, pero si se tiene voluntad, ganas y constancia, los resultados no tardan en aparecer. A veces son insignificantes. Muy pequeños. Lo mágico es que cuando nos miramos un día al espejo notamos que algo se ha modificado en nosotros. Algo minúsculo pero que nos deja una sonrisa…
Empieza a confiar en ti. Cree en ti. Coméntalo. Disfrútalo. Compártelo. No sientas culpa ni vergüenza. Estarás aportando tu granito de arena para que las cosas empiecen a cambiar. Sé parte del cambio. Genera esa tolerancia a la frustración que te llevará a derribar esos muros que creías inalcanzables. Soy consciente que es sencillo escribirlo pero lo realmente importante es pasar a la acción.
Si la imagen que acompaña este artículo de opinión es el reflejo de la desesperanza, de la soledad… te propongo algo: obsérvala detenidamente. ¿Quieres eso para tu vida y la de los que te rodean? Busca ayuda. ¡Siempre existen alternativas! Sólo que, en ciertos momentos, no podemos contemplarlas. Ya sabes quién tiene la respuesta…