Durante las vacaciones, tenemos la oportunidad de visitar lugares y personas que, el resto del año, se nos hace complicado. Por las distancias, por las prisas, por compromisos, por decisiones familiares y por muchos otros factores intrínsecos a cada ser humano, grupo familiar o social. Hay personas que aman la playa; hay personas que no le gusta ir a la playa. Hay personas que prefieren la montaña; hay personas que no quieren saber nada de ella. Consensuar este período no siempre es sencillo.
Volver a ver a Benigna es ilusionante. A punto de cumplir 90 años, sigue destilando energía, actitud pero también mucha sabiduría, contundencia y claridad de ideas. Esta gallega ha tenido que emigrar dos veces en su vida: Cuba y Buenos Aires para, en los primeros ochentas, volver a su Galicia natal. Hace pocos años falleció Manolo, su marido. El Alzhéimer hizo un lento y triste recorrido. Conocí a un ser humano como pocos: generoso, divertido, irrepetible. Eran un gran matrimonio.
Ella tiene su casa, en un pueblo de la provincia de Pontevedra, montada para su movilidad. Eso sí, no se pierde Pasapalabra. Se conoce a los concursantes de los últimos años como si hablara de su propia familia. Antena 3 no se mueve de su pantalla. Cuando este pasatiempos no ocupa el suyo, la lectura hace acto de presencia. Me mostró un libro que está releyendo sobre escritos, poemas y extensas frases sobre la religión católica que ella profesa y por la cual pide a Dios.
Mientras ojeaba dicho libro (que no recuerdo su nombre), en un momento de gran lucidez, me dice: “Busca en la página 89, el escrito que hay”. Cuando llegué a él, lo empecé a leer en voz alta y, ella, de memoria, compartió espacio y tiempo conmigo. Grandes lectores, respetamos comas, puntos y silencios. Juntos, convertimos ese instante en pura magia. Son esos momentos que te hacen comprender qué es la felicidad; qué es la sencillez, qué es compartir y cómo llenarme de su sabiduría.
En otra charla, la situación de Argentina salió irremediablemente. No hablamos sólo de la actual. Entender qué ocurre, hoy por hoy, no tiene ningún sentido si no se analiza y reflexiona tomando los últimos 80 años, por lo pronto. Si bien coincidimos en dicho análisis, es complejo que lo emocional no haga acto de presencia. En un momento, se levantó de su sofá particular y buscó en su biblioteca “El drama de la Quinta Provincia gallega” (2003) de Anxo Lugilde Pardo (Lugo, 1970) y editado Galerna.
Me ha dejado la tarea de leer, con detenimiento, las más de 180 páginas (a letra pequeña). Tengo el libro en mi poder con el compromiso de devolvérselo antes de las próximas navidades. En su prólogo, una frase de Sir Francis Bacon, nos recuerda: “No leáis para contradecir o impugnar, ni para creer o dar por sentado, ni para hallar tema de conversación o discurso, sino para sopesar y reflexionar”. ¡Con cuántas historias me encontraré donde barcos, distancias y nostalgias serán protagonistas!
Benigna es futuro. Alguien podría tener la tentación de pensar que este mundo de vértigo ya no le pertenece. El futuro se hace día a día y ella lo sigue haciendo; a su manera. Es analítica y tiene actitud de vida (es verdad que por el camino han pasado muchos afectos y eso pesa). En una época donde el espíritu de sacrificio y la cultura del esfuerzo “no están de moda”, visitar a Benigna es un soplo de aire fresco. Una invitación a recordar y reforzar los valores necesarios que nos hacen libres como personas.