Cuenta la historia que Sócrates tuvo una “conversación” que cambió definitivamente al filósofo. Querefonte, su amigo y admirador, preguntó al oráculo de Delfos si había algún hombre vivo más sabio que Sócrates. La respuesta negativa lo llevó a pensar que dios quería darle a entender que, al reconocer su propia ignorancia, esto lo hacia más sabio. Comprendió, Sócrates, que su misión consistía en la búsqueda de la verdad segura, la verdadera sabiduría y en escuchar a todo hombre que lo tuviera a bien. Así y todo, sabía que la confusión entre las opiniones contradictorias, podía llevar, a la filosofía, a ninguna parte.
Una querida y vieja amiga, luego de muchos años sin vernos (es lo que tiene vivir a ambas orillas del Atlántico), me recomendó “Zen en el arte del tiro con arco” de Eugen Herrigel (2012). Ana tiene la hermosa habilidad de escuchar y regalarte literatura según bucea en su biblioteca mental. Tiene, también, el bellísimo tacto de acertar en el blanco, enseñándote a ver cómo tus movimientos y el recorrido de la flecha importan más que el blanco en sí mismo.
El libro del filósofo alemán cuenta sus seis años voluntarios como discípulo de uno de los maestros de arquería más reconocidos de Japón. Mientras relata sus vivencias, recurre a citas que marcan el paso de la lectura. Así, Yamamoto Tsunetomo, nos hace reflexionar según hemos leído más arriba a Socrátes: “Con seguridad no hay otra cosa que el propósito único del momento presente. Toda la vida de un hombre es una sucesión de momento tras momento. Si uno comprende completamente el momento presente, no habrá nada más que hacer, y no quedará nada por perseguir”.
Shunryu Suzuki Roshi, continúa nuestro camino y nos recuerda que “El punto más importante en nuestra práctica es tener un esfuerzo correcto o perfecto. El esfuerzo correcto dirigido en la dirección correcta es necesario. Si tu esfuerzo está dirigido en la dirección incorrecta, especialmente si no te das cuenta de esto, es un esfuerzo engañado. El esfuerzo en nuestra práctica debe ser dirigido desde el logro hacia el no-logro”.
Sócrates nos habla de la sabiduría de nuestra propia ignorancia. Mi amiga Ana, la paciencia de la escucha y el tacto del regalo útil y certero. La filosofía oriental nos conecta con el logro del “no logro”. Por fin, el libro “El arte de la paz”, nos revela que, durante el período de preguntas y respuestas luego de una charla, alguien le dijo a Suzuki Roshi: “Estoy sentado luego de esta sesión, energizado y pensando que hay mucho poder en esta práctica”. Suzuki Roshi respondió: “No lo uses”.
Filosofía occidental y oriental se fusionan para mostrarnos un camino y cómo transitarlo. Dos formas de entender la vida, un recorrido. Dos peces con la misma red. La inmensidad del océano como vía para dos maneras de pensar que pueden encontrar lo mejor de cada una. A veces, perderse en el viaje es tan revelador y excitante como el destino mismo. Sólo hay que comprender el poder que tenemos para no usarlo de la forma que siempre hemos creído.