La base del Grupo Especial de Operaciones (Guadalajara) es la casa del cuerpo de élite de la Policía Nacional de España. Combaten contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado. Fue creado en 1978 para luchar contra el terrorismo y tiene una de las formaciones más exigentes del mundo. No cualquiera puede llegar a ser un operativo del G.E.O. Para ellos, no existe la improvisación: existe la respuesta inmediata que viene dada por un entrenamiento diario desde lo físico, psicológico y táctico.

Es una forma de vida donde, inicialmente, cada aspirante pasa a ser un número; desprovisto de toda identidad. El Inspector Pelayo es claro desde el primer instante: “Me gusta observar el lenguaje corporal de la gente. Dice mucho más que las palabras. No me interesa lo que estés haciendo en este momento; te miraré un minuto después, a ver cómo lo haces. A ver cómo miras al compañero. Me da igual la careta que tengas. Yo no estoy mirando tu cara; miro un poquito más allá”.

Los primeros instantes son fríos, sin miramientos. Las reglas son muy claras. La ilusión y las competencias que creen tener, posiblemente no alcancen para ser un G.E.O. En los días siguientes, los aspirantes descubrirán lo que hay más allá del límite que cada uno cree tener. Podemos convocar a Thomas Stearns Eliot (1888-1965), poeta, dramaturgo y crítico anglo-estadounidense para recordar una de sus famosas frases: “Only those who will risk going too far can possibly find out how far one can go”.

“Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar”. La fase inicial de convivencia y obediencia es una lección aprendida que, no por conocida, no se lleva a rajatabla. Aparecen conceptos como espíritu de sacrificio, entrega o formación. Los momentos malos van a llegar; tanto en el entrenamiento como en la vida operativa: “¿Estás dispuesto a aguantarlos?”, interpela Pelayo. Han llegado 100 y no hay plazas para todos. No es una amenaza, es un hecho.

El G.E.O. no está hecho para todos. Empiezan los primeros inconvenientes donde el concepto de equipo se hace protagonista. Se funciona como un equipo. Hay una misión que es llegar a un punto y deben hacerlo todos. Cuando cuatro aspirantes tienen problemas, “se reparten el peso” entre el resto de compañeros. No hay dudas. Se actúa. Es verdad, están todos por voluntad propia. Es verdad, las primeras semanas son frenéticas y con todas las incomodidades. No todo el mundo reaccionará igual.

El entrenamiento para ser un G.E.O. es muy duro física y mentalmente. Siguen apareciendo nuevos conceptos: “La fortaleza la da el equipo pero sin coordinación no somos nada”. La seguridad de un compañero depende de ti mismo y viceversa. Hay que cuidar al compañero. Alma, espíritu de equipo. A pesar de todo, las bajas voluntarias se suceden. “Si algo existe (miedos) y no puedes hacer que desaparezca, manéjalo”, sostiene Pelayo. Los días (con sus noches) avanzan. No todos van a continuar.

¿Qué podemos rescatar de esta serie documental estrenada el 15 de octubre de 2021 en Amazon Prime Video? Con las distancias del caso, comprendemos de qué hablamos cuando hablamos de comunicación; de la importancia del equipo (el grupo da confianza); de la fortaleza mental; de enfrentar nuestros miedos y pasar a la acción. Muchas de las técnicas y estrategias que se manejan en la empresa fueron sacadas del mundo militar. El liderazgo personal nos muestra el camino que hay más allá de nuestros propios límites.

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