Final de la Copa Davis 2019. España gana su sexto título a nivel equipos. La Caja Mágica de Madrid como sede de esa edición. Se estrenaba un nuevo formato que, aunque atractivo, ha tenido que ir mejorando. Es normal cuando un proyecto inicial asume un riesgo de enormes envergaduras. Sergi Bruguera comandó este equipo con mayúsculas, en el que Rafael Nadal, Feliciano López, Marcel Granollers, Pablo Carreño y Roberto Bautista fueron ejemplo de cohesión, superación y compromiso.
“Por suerte, el jueves por la mañana tomé la decisión de ir a casa y tuve la suerte de vivir los últimos minutos de vida de mi padre. Pude despedirme de él, y a partir de ahí ya son decisiones personales. Mi padre me hubiera pegado un tirón de orejas si me hubiese quedado en casa. Después de una desgracia hay que dar un paso adelante, afrontar las cosas como son, y eso es lo que he intentado hacer”. Roberto Bautista Agut reflexionó, en pocas palabras, lo que implica un ejemplo de vida que nos quedará siempre en nuestra memoria. Admirable el de Castellón.
La foto de este artículo (EFE) habla por sí sola. Rafa nos tiene acostumbrados a tanto que ya no hay por donde cogerle. Es un sinfín de calificativos por descubrir y, cuando creemos que lo hemos definido nuevamente, el de Manacor, nos deja absortos, desencajados. Deberíamos promover una materia en los colegios y estudiar la figura del mejor deportista español de todos los tiempos (con permiso de otros grandes). Estudie lo que estudie un niño, una chavala, la educación en valores, siempre será un salvavidas para el largo camino de nuestra existencia en este mundo, independientemente de la profesión que escojamos.
España ha demostrado, una vez más, que somos competitivos, nos cohesionamos, sabemos trabajar en equipo, lo hacemos con humildad y logramos éxitos. Trasladar esto al día a día empresarial es una tarea de educación constante para quienes nos dedicamos a ello. Es verdad que la realidad, en muchas ocasiones, dista de estos conceptos pero también es verdad que, con ganas, energía, empeño, humildad, trabajo, constancia y disciplina, no es una misión imposible.
Buscar la excelencia, en este caso, es admirar el trabajo de estos enormes jugadores de tenis que, ese domingo 25 de noviembre de 2019, volvieron a escribir la historia grande de nuestro deporte en mayúsculas. Madrid fue testigo. Nuestro día a día personal y profesional, tiene un nuevo argumento (otro más de tantos) para dar lo mejor de nosotros mismos; sea en el ámbito que sea. Es importante que no lo olvidemos en estos tiempos tan complejos, inciertos, ambiguos y volátiles como los que vivimos. Nos haremos un gran favor en lo individual; gana lo colectivo, la sociedad.