Jesús Rodríguez Quintero nació en San Juan del Puerto un domingo 18 de agosto de 1940. La provincia de Huelva fue testigo de la llegada de quien sería un personaje único; de esos que puede haber varios pero que cuesta encontrarlos hasta que destacan. 200 km al este, en la vecina Cádiz, el municipio de Ubrique lo vio marcharse de este mundo terrenal sin destino conocido. Fue ayer, lunes tres de octubre de 2022. 82 años de vida de este periodista y presentador de programas de radio y televisión.
De fondo suena “Shine On You Crazy Diamond” de Pink Floyd que, en la jerga local, “popularizó” ese Loco de la Colina lleno de una personalidad abrumadora. A día de hoy, creo que The Beatles deben su “The Fool On The Hill” a Jesús Quintero. “…Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando. Y se quedará mi huerto con su verde árbol y con su pozo blanco. Todas las tardes el cielo será azul y plácido…”. Las cosas de cada día: su micrófono, sus discos, sus entrevistas, sus locuras, su tierra: Andalucía.
Supe de él, en mi Buenos Aires natal, por su Perro Verde. Mi ingenuidad adolescente me llevó a la curiosidad de comprender qué había detrás de ese truco. Los perros verdes no existen pero iluminó, aquel recuerdo televisivo, una figura aún mayor, todavía más relevante: “Los analfabetos de hoy son los peores porque, en la mayoría de los casos, han tenido acceso a la educación; saben leer y escribir pero no ejercen. Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos”.
En tiempos de ir corriendo hacia ninguna parte buscando un destino que no sabemos, estiramos el horizonte con la perpetua ilusión de encontrar una felicidad prometida, personal y profesional. Queremos ser diferentes, distintos, agregar valor y un sinfín de ciertas cuestiones que leemos, vemos, copiamos… y pegamos. Ser único tiene un precio que nada tiene que ver con lo popular. Jesús Quintero fue nada de eso. La pausa, el silencio, la pregunta incómoda e irreverente.
Un periodista complejo e irrepetible que quiso vivir de acuerdo consigo mismo. Un personaje a extrañar. Cuando queramos marcar diferencias en lo que entendemos que somos mejores o distintos, cuidado con las luces de colores. La vida va por otro lado y los carteles luminosos nunca lo comprenderán. Loca confianza la que nos inspiró para referir frases antológicas que guardar en el alma: “Con el tiempo aprenderás que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible”. Sólo con el tiempo uno aprende.
“Cuando a uno le da igual perderlo todo, desaparecen los miedos, las cadenas, las ataduras, los compromisos, la timidez, el miedo. Cuando uno está dispuesto a perderlo todo, empieza a estar en condiciones de ganarlo todo. ¿Qué es todo? El valor, la sinceridad, la autenticidad, la claridad, la libertad”. “Quiero vivir de acuerdo conmigo mismo. De eso es de lo que se trata”. Imposible no inundar con sus citas un artículo que se me ha ido de las manos a pura emoción y que ya no sé cómo ni cuándo comenzó.