Sentado en esta etapa de mi madurez, confluyen, con firme claridad, tres “pasiones” profesionales que, lejos de verlas como una obligación, ocupan mi tiempo con alegría, preocupación, actitud positiva y responsabilidad altruista. Genéricamente hablando, el mundo de los Recursos Humanos permite “dar” al otro para mejorar su calidad de vida profesional.

Mientras escucho el nuevo álbum de Neil Young (Barn) pienso en esos viejos rockeros que, más allá de sus ideas juveniles (y actuales), han necesitado de cierto éxito para generar ingresos y poder extender su carrera y mensajes durante décadas. Ventas aporta esto: orientarse a resultados para tener calidad de vida personal y profesional. Ambas se conjugan. La mentalidad, la fortaleza mental que hay que tener es clave para generar tanta actividad como sea posible, vender (con todo lo que ello implica) y poder aportar a tu organización pero, sobre todo, a tu cliente. Quienes estamos en ventas sabemos cómo debemos cuidar a nuestros clientes. Comprenderlos implica tanta calidad como la música que nos ha ido entregando Neil Young a lo largo de los años. Como la que te entrega tu artista favorito. Hay muchísimo trabajo detrás para que tú, sencillamente, disfrutes.

Hablaba de Recursos Humanos, de Ventas y, como tercera pasión, el periodismo (ahora no lo ejerzo pero me ha enseñado a comunicarme a través de la escritura). Tener un blog y expresar ideas, permite conocerte aún más y sientes que tu mensaje puede ayudar y agregar valor para que alguien (aunque sea sólo una persona) se beneficie del conocimiento de otros. Esto es un ida y vuelta y también me ocurre cuando leo a otras personas: no dejar nunca de aprender, de ser curioso. Esto no acaba nunca y ese es el gran secreto: estar atentos a lo que pueda sorprendernos.

Simplificando mucho, podríamos decir que Ventas aporta al cliente externo y Recursos Humanos, al interno. Entonces, ¿cuál es la propuesta de valor individual que tenemos para dar? ¿Hacemos un seguimiento y tomamos nota de las circunstancias que se van dando? Si para ventas, el cierre es lo natural y debería caer por decantación luego de un proceso bien gestionado, para recursos humanos la decantación a una buena gestión debería ser el constante desarrollo de personas con claros objetivos focalizados en su bienestar laboral. ¿Alguien duda de que una persona con un buen ambiente de trabajo y con sentimiento de pertenencia genera, por sí misma, proactividad y productividad?

Trabajar la formación, el mentoring personal (con nuestro cliente interno y externo) y una sólida cultura de empresa son claves para encontrar equilibrios deseables que tengan como beneficiarias a las personas y, por ende, a la estrategia de la organización donde, sobre todo, RR.HH. debe asumir un papel de gran protagonismo. La mejor forma de mostrar esos valores empresariales es a través de priorizar la formación donde se deben transmitir, entre otras cosas, el compromiso y la visión de la empresa de forma efectiva a los empleados. Aquí radica la importancia de que todas las personas puedan alinearse detrás de una cultura.

El álbum de Neil Young va llegando a su fin al igual que este artículo. Comunicar, a través de estas líneas, la ilusión y compromiso para desarrollar personas en el ámbito profesional es no desconocer que detrás de cada una de ellas hay una historia que puede aportarnos luz (sin entrar en la vida privada de las personas, por supuesto) para encontrar “su lugar” dentro de la organización y ayudarle a que, de forma pragmática y lo menos compleja posible (orientación a resultados como en ventas), encuentre su verdadera pasión en el trabajo que hace. ¿Qué no te apasiona nada? Es un buen momento para empezar a descubrir el qué y el cómo. La calidad de vida personal y profesional, más que nunca, llaman a tu puerta. Las crisis, siempre, nos marcan el camino del cambio hacia nuestra propia superación. ¿Cómo vas a forjar tu propio destino?

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